Los seres humanos aprendemos en forma instintiva e inconsciente desde el mismo momento de nuestro nacimiento. De allí en adelante, todo en la vida es un constante aprendizaje en donde voluntaria o involuntariamente, el entorno nos motiva a adoptar ideas, actitudes y habilidades que posteriormente conformarán nuestro modelo de mundo o mapa mental.
Es bueno recordar que lo importante no es incorporar conocimiento, sino lo que seremos capaces de hacer con él.
El entorno socioeconómico actual evoluciona notablemente, de manera tal que la gran competitividad existente en el mercado laboral, junto con las necesidades formativas cada vez más concretas y dinámicas, impulsan la demanda de aprendizajes especializados, es por esto que cobra importancia el concepto aprendizaje continuo.
El aprendizaje continuo es la habilidad para buscar y compartir información útil para la resolución de problemas.
Que una empresa cuente con una buena formación profesional de sus empleados es muy importante. Ahora bien, lograr que éstos estén disponibles para aprender a aprender, es decir, que muestren una postura abierta y positiva ante los nuevos retos a los que se enfrentan dentro de la empresa, que sepan rectificar y reconocer errores, que huyan de razonamientos inmovilistas y defensivos que bloquean el aprendizaje, ahí es donde esa misma empresa estará contando con una ventaja competitiva sustentable.
El aprendizaje continuo, también se puede definir como la capacidad de acción que poseen las empresas, para convertir el conocimiento individual de sus empleados, en “conocimiento corporativo”.
Peter Senge (1992), en su best-seller La quinta disciplina, contribuyó a popularizar el término, organizaciones que aprenden. Allí mencionaba que estas organizaciones tienen institucionalizados procesos de reflexión y aprendizaje institucional, planifican y evalúan sus acciones, adquiriendo una nueva competencia (aprender cómo aprender). Lograr esto implica transformar los modelos mentales vigentes.
El contexto turbulento actual potencia esa necesidad de aprender y volver a aprender en forma constante.
En el pasado el poder de los pueblos radicaba en su fuerza militar, luego esto evolucionó al poder financiero en los tiempos modernos. La dinámica actual plantea que el siglo XXI se verá dominado por los imperios del conocimiento y las naciones; las empresas o personas que más sabiduría posean dominarán al mundo.
El beneficio del aprendizaje continuo es mutuo, tanto para trabajadores, como para las empresas. El trabajo colaborativo es clave en el aprendizaje continuo. Contribuir al aprendizaje en entornos virtuales y redes sociales es una práctica común entre las empresas exitosas. Es por ello que hablamos cada vez más de conocimiento compartido y por lo tanto, podemos decir que también menos egoísta.
Por otro lado, resulta oportuno mencionar que, sin duda, en el camino nos toparemos con algunas barreras. El desafío consistirá entonces en identificar cuáles son, lo cual nos permitirá diseñar estrategias a futuro para superarlas. Para contrarrestar los efectos de esas barreras existen herramientas como el coaching ontológico, y por supuesto los entrenamientos, tanto presenciales como on-line, correctamente definidos y planificados, que permitirán aumentar la productividad de toda la empresa.
Existen dos razones interrelacionadas entre sí por las cuales una organización debe estar abierta al aprendizaje: la supervivencia y la excelencia. Alcanzarlas en un punto, no significa de ningún modo que en un futuro cercano, no debamos volver a redefinir nuestra búsqueda.
¿Cuáles te parece serían nuestros bloqueos al momento de aprender?
¿Cómo estaríamos más preparados para superarlos?