Las 10 caras del talento innovador (Tom Kelley)

La  innovación es la puesta en acción  de nuestras  ideas. A partir de ahí, se pueden generar:

Nuevos procesos, servicios o productos +  valor agregado+ resultados.

Para darle a las ideas ese carácter innovador son necesarias ciertas cualidades o “talentos” que hagan posible el proceso transformador.

“Las 10 caras de la innovación” descriptas en el libro de Tom Kelley (también autor de “El arte de la Innovación”), pueden definirse como manifestaciones de habilidades específicas expresadas en las personas para la consecución de procesos innovadores.

Para capitalizar este modelo, deberemos identificar bien nuestras propias capacidades  en relación a los personajes  de Kelley, para luego explorar y sacar provecho de las más relevantes en el lugar y situación apropiados, incrementando así nuestras posibilidades de innovar en nuestro quehacer diario.

Los 10 personajes se convierten en 11 si tomamos en cuenta al “Abogado del diablo”, personaje siniestro que da por tierra con su crítica dura la puesta en marcha de nuevos conceptos, ideas o planes y genera de alguna manera la necesidad de otros roles impulsores de la transformación positiva.

  • Repasemos las características de los 3 grupos de personajes de la innovación de Kelley:
    Los personajes del aprendizaje: Las organizaciones necesitan recopilar y ampliar conocimientos para crecer. Las personas que adoptan los roles de aprendizaje son lo suficientemente humildes para cuestionar su propia visión del mundo, y al hacerlo, dejar  una puerta abierta a nuevas ideas todos los días.

Ellos son:

 
  •        El antropólogo: No permanece  inmóvil. Por el contrario, esta es la persona que se aventura en el campo para observar cómo las personas interactúan con los productos, servicios y experiencias con el fin de llegar a nuevas innovaciones. Además es muy bueno en reformular un problema de una manera nueva, humanizando el método científico para aplicarlo a la vida cotidiana. Los antropólogos comparten tales características distintivas como la sabiduría de observar con una mente verdaderamente abierta, la empatía, la intuición, la capacidad de «ver» cosas que han pasado desapercibidas; una tendencia a mantener las listas de ejecución de conceptos innovadores dignos de emulación y los problemas que necesitan solución, y una manera de buscar inspiración en lugares inusuales.
  •        El experimentador: Celebra el proceso, no la herramienta. Tienen una mente curiosa y mente abierta a los hallazgos fortuitos. Prueba y vuelve a probar los posibles escenarios para hacer que las ideas sean tangibles. Busca riesgos calculados, modelos para todo: productos o  servicios, busca propuestas con el fin de llegar a una solución eficiente. Para compartir la diversión del descubrimiento, el investigador invita a otros a colaborar, mientras se asegura de que todo el proceso concluya en el ahorro de tiempo y dinero.
  •       El interpolinizador: Hace asociaciones y conexiones entre ideas o conceptos aparentemente inconexos,  para abrir nuevos caminos. Armado con una amplia gama de intereses, una ávida curiosidad, y aptitud para el aprendizaje y la enseñanza, la interpolinizador trae grandes ideas del mundo exterior para dar vida a su organización. Las personas con estas características innovan a través del descubrimiento de una solución ingeniosa en un contexto o industria, y después lo traslada con éxito a otra.
  • Los personajes organizadores: Para ellos, incluso las mejores ideas tienen que competir continuamente por el tiempo, atención y recursos. Aquéllos que adoptan estos roles de organización no descartan el proceso de asignación presupuestaria y de recursos. Ellos lo reconocen como un complejo juego de ajedrez, y juegan para ganar.
  •       El saltador de obstáculos: Hace más con menos. Es un incansable solucionador de problemas que consigue hacer frente a algo que nunca se ha hecho antes. Cuando nos enfrentamos a un desafío, el saltador esquiva con gracia los obstáculos, manteniendo una firme determinación, en forma positiva.
  •       El colaborador: Guía desde el centro para crear nuevas combinaciones y soluciones multidisciplinarias. Tiene el interés de hacer las cosas, induce a la gente a salir de los silos de su trabajo para formar equipos multidisciplinarios. De este modo, la persona en este papel elimina fronteras tradicionales dentro de las organizaciones y crea oportunidades para los miembros del equipo para asumir nuevos roles. Más entrenador que jefe, el colaborador inculca a su equipo a tener confianza y las habilidades necesarias para completar el viaje compartido.
  •       El director: Reúne al grupo calificado y contribuye a activar los talentos creativos de sus componentes.

Además,  tiene talento en el escenario, definiendo la producción, saca lo mejor de sus actores y actrices, pule el proyecto y el tema… crea la química. Mediante el empowerment y la inspiración, la persona en este rol motiva a los demás a tomar el centro del escenario y abrazar lo inesperado.

  • Los personajes constructores: Los cuatro personajes restantes aplican conocimientos de las funciones de aprendizaje y canalizan a los roles organizadores para  lograr que ocurra la innovación. Los personajes de construcción imprimen su huella en su organización. La gente en estos papeles son muy visibles, por lo que, a menudo se encuentran en el corazón de la acción.
  •       El arquitecto de experiencias: Diseña vivencias que se conectan con las necesidades latentes o expresadas de clientes. El arquitecto de experiencias es que la persona que no descansa, enfocada en crear notables experiencias individuales. Esta persona facilita encuentros positivos con su organización a través de productos, servicios, interacciones digitales, espacios o eventos. Saben  cómo convertir algo ordinario en algo distintivo.
  •       El diseñador de decorados: Crea un escenario para que se pueda trabajar mejor. Mira todos los días como una oportunidad para darle vida a su espacio de trabajo. Promueve ambientes de trabajo que celebran al individuo y estimulan la creatividad. Para cumplir con las necesidades cambiantes y fomentar la innovación continua, el Diseñador de decorados hace ajustes a un espacio físico para equilibrar las oportunidades de trabajo privado y de colaboración. Al hacerlo, esta persona hace que el espacio en sí una de las herramientas más versátiles y potentes de la organización.
  •       El cuidador: Dispensa a los clientes atenciones más allá de un buen servicio. A través de la empatía, trabaja para entender a cada cliente y crear una relación. Una enfermera en un hospital, un vendedor, un cajero actúan como cuidadores del cliente a través de un proceso que les proporcione un ambiente cómodo, y una buena experiencia.
  •       El narrador: Reúne la moral interna y conciencia externa que transmiten un valor humano fundamental. Captura nuestra imaginación con relatos convincentes de la iniciativa, el trabajo duro y la innovación. Esta persona va más allá de la tradición oral para trabajar con  cualquier medio mejor se adapte a sus habilidades y el mensaje: video, narración, animación, incluso tiras cómicas.  El narrador puede despertar la  emoción y la acción, transmitir valores y objetivos, fomentar la colaboración, y crear héroes.

En tu caso,

¿Qué tipo de talento innovador considerás que tenés y por qué?

¿Te ves reflejado en más de uno de los personajes descriptos por el autor?

¿De qué manera  tu personaje o talento innovador podría contribuir en tu actividad diaria?

¿Qué otros talentos buscarías o tratarías de desarrollar para lograr una transformación deseable en la organización para la que trabajás?

El  “Vuja dé” es la sensación de ver algo por primera vez, aunque en realidad lo hayamos visto con anterioridad en muchas ocasiones. Sin leer el material, ¿A cuál de los personales te parece que se atribuye esta habilidad?

 

Si querés profundizar sobre este tema, podés ingresar al sitio web del  libro de Tom Kelley (en inglés) y leer los relatos de sus lectores relacionados con cada personaje:

http://www.tenfacesofinnovation.com/